Cómo gestionar el enfado

La pregunta clave de muchos padres durante el taller es «¿cómo gestiono el enfado?», la cual abarca dos necesidades muy distintas:

  1. Mi hijo se enfada mucho y  no sé lo que le pasa: a este respecto te recomiendo que leas el post sobre mal comportamiento que tienes aquí. Seguro que te sirve para hacerte una idea de lo que puede estar pasando.
  2. Mi hijo está enfadado o rabioso y no sé cómo hacer para que deje de estarlo. El post de hoy va sobre este tema.

La gestión del enfado. La gestión de las emociones.

¿Qué son las emociones? 

Las emociones son como baterías energéticas que nos impulsan a interactuar con el ambiente y nos dan mucha información sobre cómo interactuar con este.

Son inconscientes y no son ni buenas ni malas, simplemente son necesarias.

¿Qué son los sentimientos?

Los sentimientos son la racionalización de estas emociones:

«esto que siento es enfado por esto…y se siente así….»

Tanto emociones como sentimientos son totalmente lícitas y es muy importante dejar a nuestros hijos transitarlas (y a nosotros mismos permitírnoslo ).

¿Qué hemos hecho social y culturalmente desde hace décadas con las emociones?

Taparlas, esconderlas, negarlas, incluso castigarlas.

“No te enfades que te pones fea…”

“ Ese sentimiento sabes que no es bonito…”

“No te puedes enfadar con tu hermano/a eso no esta bien, debes quererlo…”

“Vete a tu cuarto hasta que se te pase el enfado…”

¿Qué puede sentir, pensar o decidir un niño cuando se le niega una emoción?

¿Invalidado, confuso, malo?

Pensar: ¿es malo sentir lo que siento? Debo de ser MUY MALA PERSONA

Decidir: ocultar la emoción

A largo plazo ocultar una emoción puede tener efectos muy poco deseados para la salud, somatizaciones, trastornos de ansiedad y de personalidad …y un largo etcétera.

Mi sentimiento es totalmente lícito y yo no soy lo que siento.

Que esté enfadado no significa que sea «malo» o que este enfado se vaya a quedar para siempre. Diferenciemos entre enfado y lo que hago con ese enfado.

Mi enfado es lícito, ahora, yo no puedo pegar (por ejemplo)  porque esté enfadado… Aquí está nuestra labor como padres o docentes para ayudar a los niños a dar salida a esta emoción. 

“Veo que te estás enfadando, te entiendo yo también me enfado cuando…»

¿Te gustaría golpear al cojín para soltar toda esta ira?

¿Quieres dibujar tu emoción?

¿Te apetece salir a correr y saltar para despejarte?

En casa debemos de tener recursos hechos en colaboración con los niños para dar salidas a estas emociones y sentimientos y que haya un lenguaje emocional presente en el día a día.

Yo observo maravillada cómo mis hijos de 5 años ya saben decir lo que sienten, cuando a mí todavía me cuesta poner nombre a lo que verdaderamente siento.

Aquí es donde quería llegar, porque el cambio siempre empieza por uno mismo, ¿te cuesta poner nombre a tu emoción? ¿fuiste educado en poner nombre o incluso en permitir tus emociones?

A mi me cuesta muchísimo, considero que estoy dando mis primeros pasitos en el lenguaje emocional, aprendo con ellos lo que no aprendí en mi Infancia y me fascina este proceso. y sabéis qué, que esto me está haciendo cada día más libre. 

Todavía a mi edad siento como la familia, las amistades, el entorno laboral, la sociedad en sí, está empeñada en negar las emociones, no damos espacio para transitarlas y eso es vital, para nuestro equilibrio personal y también porque desde esas emociones tomamos muchísimas decisiones en el día a día que involucran a muchas personas.

Permitirles sentir pasa por permitírtelo tu primero.

Os leo.

Os dejo una plantilla que podéis imprimir para utilizar en casa, bien vosotros o vuestros niños. Espero que os guste.